sábado, 29 de mayo de 2010

Miseria

Calle sin niños, sin ruido,
y con piedras despegadas
amor que dejó su nido
al encuentro de la nada.
¿Sombras? Ni sombras existen
en la horrible oscuridad
ni los escombros subsisten
donde el sufrimiento va.

Niño que por hambre llora
su madre ahora lo ignora.
Y no por falta de amor
ni porque se halle dormida
sino por ese color
de su cuerpo ya sin vida.

El sol calienta y deslumbra
los ojos con color de hambre.
En la noche, en la penumbra,
estómago con calambre...
y hay un gorrito de estambre
de alguien que se irá a la tumba.

Cual amarillenta hoja
que al leve soplo del viento
en otoño vuela... al suelo.
Así el alma se antoja,
cuando ha llegado el momento
del cuerpo se aleja, al vuelo,
el cuerpo queda en el suelo.
¿El alma? Al infierno o cielo.

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