domingo, 30 de mayo de 2010

Exiliado

Hombre exiliado del lugar que te vio nacer
de los ríos, de las playas, los palmares,
de las fuentes, de los bosques y arroyuelos,
del cielo lluvioso y de los árboles frutales.

Lástima de paisaje y que nada sea tuyo,
solo tienes la vida que Dios te ha dado,
solo tienes tu miseria y también tu hambre
y un obligado exilio que quizás fue planeado.

Porque el gringo no sabe que no es tuya la tierra,
ni los ríos ni las playas, ni las flores ni los árboles.
Solo tienes tu miseria, solo tienes tu hambre
...y la luz del sol, que no han podido quitarte.

Pero nadie sabe de tu profunda tristeza
y nadie sabe que tu alma está herida
porque nadie vio las lágrimas de tu esposa e hijos
ni las lágrimas de tu madre el día de tu partida.

Y ni tu familia sabe que al volver tu rostro al norte
una lágrima en tus ojos no pudiste controlar
pues ibas a una aventura en que la miseria obliga
y era un "hasta nunca" a la cohesión familiar.

Y te preguntas si volverás a la zona de desastre,
perdón, quise decir a "tu tierra".
Y te contestas y te engañas que, algún día.
Con suerte, podrás regresar cuando mueras.

O si acaso un día vuelves, ya no hallarás a tu esposa
verás a tus hijos, grandes, que no pudiste educar,
verás la casa sola donde habitaron tus padres
y vertirás una lágrima y al norte volverás.

Y quizás en el norte también seas maltratado
y, como aquí, los derechos humanos se hayan olvidado
sin derecho moral y con cinismo criticaremos sus leyes
sin admitir que tu exilio quizás fue planeado.

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